PREGUNTAS FRECUENTES

La oxigenoterapia hiperbárica se utiliza desde el siglo XIX. En 1830, Francia lideraba el desarrollo de la medicina hiperbárica. Actualmente se utiliza para el tratamiento de muchas patologías en los países más avanzados del mundo, como Estados Unidos, Canadá, Australia y Japón, extendiéndose prácticamente a todos los de Europa, Asia y Latinoamérica.

Trabajamos con cámaras de última generación y tecnología. Las cámaras que utilizamos presurizan con aire (gas no inflamable), de esta manera conseguimos alcanzar la presión deseada evitando todos los riesgos existentes.

La terapia hiperbárica, al ser un tratamiento médico, tiene que estar prescrito por un profesional médico, especialista o bien cualquier facultativo de nuestra Unidad.
Debe de contactar con uno de nuestros centros, donde le daremos cita con nuestro especialista médico.
Hay muy pocas, pero antes de comenzar el tratamiento nuestro médico le examinará para comprobar que es apto para la cámara.
La sesión de cámara puede durar entre 60 y 90 minutos dependiendo de la prescripción médica. Algunas personas pueden notar durante los primeros minutos de la sesión (la presurización) y en los últimos (la despresurización) una sensación de taponamiento en los oídos, similar al que sufrimos en un vuelo en avión y que debe desaparecer realizando unas maniobras que le indicará el personal sanitario.
El número de sesiones, así como la periodicidad, lo indicará el médico de la Unidad. Cada paciente, dependiendo de la patología a tratar, necesita de un número de sesiones. Será el médico el que irá revisando su evolución.
La claustrofobia no es ninguna contraindicación. Las cámaras están provistas de diez ventanas con una amplia visibilidad y con un sistema de válvulas de apertura y cierre desde el interior para que el paciente se sienta más tranquilo, puesto que se pueden abrir desde dentro. Además cuenta con un timbre en el interior para que los pacientes puedan comunicarse con el personal sanitario.
No es necesario utilizar ninguna ropa especial. Aconsejamos utilizar ropa cómoda, tan solo tendrá que descalzarse y le suministraremos unos cubre zapatos para los pies. Además puede acceder a la sesión con aparatos electrónicos como un móvil, una tablet, etc. Intentamos que las sesiones sean lo más placenteras posible. De hecho, la gran mayoría de pacientes aprovechan para descansar.
No es necesario. Cuando la sesión se realiza a algún niño, suele entrar acompañado por un familiar, padre, madre, abuelo.
Los beneficios se obtienen desde la primera sesión. Lo habitual es que no notemos ninguna sensación objetiva al principio. Algunos pacientes pueden apreciar rápidamente que descansan mejor, se levantan con más energía. Dependiendo de la patología empezaremos a notar la mejoría a partir de la sesión doce, quince aproximadamente.